“Into the Wild”, la película de Sean Penn que habla sobre el autoexilio de un joven a la naturaleza violenta, no solo nos dejó un montón de lecturas erróneas al respecto y una visión algo simplona de lo que el destierro es en sí. La historia basada en el libro de Jon Krakauer además quedó situada en un lugar común al que –lamentablemente- resulta habitual asirse con regularidad.
Matías Cena se arriesga con una lectura del tema, pero desde otra perspectiva. Al menos a algo así hizo alusión en la entrevista que dio en Radiópolis el pasado 29 de febrero mientras presentaba este disco. No solo habla, canta y toca sobre desarraigo en su EP, sino que nos dice que hay muchos tipos de auto-exilio, tanto emocionales como musicales. A esos conceptos es a los que aspira con estas canciones. Eso sí, todo muy lejos de la idea de escaparse a la naturaleza, pues salvo por la portada, poco hay de cinematográfico acá.
Y es que el tema del alejamiento y el hastío deriva –también- en el uso de métodos técnicos más orgánicos. Sin ir más lejos, la grabación de las baterías y bajos se realizó en vivo. Otro ejemplo es que el proceso posterior a la mezcla incluyó pasar lo grabado a cintas de cuatro pistas, alejándose de lo hecho con anterioridad (como en “El Vuelo de Albatros“, de 2013) para sumergirse de lleno en unas raíces donde las guitarras parecen anacrónicas pero disfrutables igual, rezumando un poco ese espíritu que derrochan las bandas de Algorecords.
El country guarda reposo para dar pie a experimentos sonoros como el tema que da nombre al EP y que se torna en nueve minutos tremendos. ‘Fractal’, con su forma algo caleidoscópica, parece haber tomado un atajo desde los 60 para aparecer en nuestros días.
El concepto corre por ese lado: no solo se abandonan cosas, sino que esa especie de lejanía te permite abrazar senderos nuevos o generar relecturas de cosas pasadas. Digamos, esta nueva versión de‘Arauco Cajún’ parece un ejemplo casi al pie de la letra de lo dicho. Mirar con distancia, releer y volver a interpretar.
El estilo más acústico de “Casa Sin Fuego” (2014) ya no tiene cabida en estas cinco canciones y, de hecho, da lugar a esquemas nuevos que más allá de esta presentación acotada se enmarca como un buen pie de lo que pueda venir. Canciones de énfasis rústico que se extienden lo que estiman justo y se ahorran cualquier condescendencia para con los formatos preponderantes.
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