Portugal - Kaaipan Sinua (2013)



“Kaaipan Sinua” el segundo larga duración de Portugal se acomoda sin disimulo en un microclima plagado de introspección y mesura, ejecutando un pop melancólico donde un mundo interno, tema a tema, se va construyendo y ampliando constantemente.

El ánimo predominante no acoge duda alguna. Lo de la banda de San Antonio corre por el lado de los ritmos meditabundos, más no lúgubres. Lo suyo es la opacidad, pero no tanto como para alcanzar lo insufrible. Esa disposición emocional en que la melancolía es protagonista pero está facturada con el recato suficiente para no caer en el cliché, ni tropezar con la apatía por una sobrexposición al pesimismo.

“Kaipaan Sinua” es una colección de nueve canciones que parecen ambientadas en un grisáceo puerto otoñal. Se explaya con contundencia desde la apertura en temas como ‘Dulce’, en que la voz por momentos dulzona de Mariano Hernándezmatiza la opacidad que desprende el piano de Felipe Cuadra. Y si a eso le agregamos un finiquito en que la guitarra eléctrica reverbera adornando la canción con atmósferas estáticas y –de paso- abandonando el lugar común que suelen tener las estructuras de esta clase de temas, tenemos el finiquito que da el plus a las canciones y hace tan interesante el perderse por el trayecto que nos oferta el LP.

La ambientación también parece ávida por dar con el punto emocional justo, y eso se trasluce a las demás composiciones armando un todo bastante homogéneo. Dícese de tracks que resuman esa sensación de profundidad como ‘Sarta’‘En este año’ o ‘Receta de domingo’

El encontrar elementos sobresalientes se dificulta por esto último; no por ausencia de fortalezas, sino que estéticamente las canciones son bastante similares ente sí. La única que logra escapar a esta regla es ‘Mis celestes que no ven’, que con un potente –y barroco- estribillo, ensalza una especie de catarsis absolutamente bella.

Una placa en que predomina un lenguaje y musicalidad bastante claras. No hay tergiversación posible. Portugal se introduce y pinta con emociones cada una de sus piezas, y como la dominante brisa otoñal que pretende ser “Kaipaan Sinua”, nos recuerda que son días helados, pero en los que también conservamos algo de sol. Aunque sea poco.

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