La octava pieza radioheadiana fue
toda una sorpresa. Simplemente por su nacimiento de un momento a otro y no
porque piense que el grupo lo haya creado improvisadamente si no porque siempre
he creído que Radiohead va creando sus álbumes según los tiempos lo van
ameritando y casi como un hambre de publicación van dando a la luz trabajos
nuevos que capturan la intensidad de sus propias inquietudes.
Estaba de vacaciones en plena
desconexión, cuando al volver me sobresaltó saber que los de Oxford habían dado
a luz un nuevo álbum. Las primeras impresiones no fueron buenas, pero
aludiendo al trabajo que muchas veces lleva, la comprensión parcial (nunca
osaría entender la totalidad de los conceptos que plasman los cinco de Oxford)
del LP, aposte por un buen envejecimiento del sonido. Sin embargo ya pasado una
cantidad considerable de tiempo la sensación no cambia. Kings of Limbs es a
todas luces un trabajo desperdigado, y al mismo tiempo sufre por este último
adjetivo de cierto vacío; da la sensación de un viaje incompleto o bueno ni
siquiera un viaje, es estar perdido y confuso en un bosque de brisas sonoras a
ratos débiles a ratos potentes, un enredo de imágenes sónicas que nos retraen
al “Treefingers” un bosque de árboles sonoros que te van perdiendo en sus ramas,
vas entrando y entrando dando vueltas en círculos, pero sin saber si avanzas y
ni siquiera si te quieren dejar avanzar y no en un sentido de introspección o
circularidad interna; es merodear involuntariamente por una aridez que hace
desconfiar. Al acabar “Separator” uno sabe que salió de algo pero no tiene la
menor idea de que.
Esta percepción se acrecienta
cuando se pensaba en una segunda parte (que no llegó) o unos buenos bonus
tracks que extrañamente no fueron incluidos (“Supercollider”, hubiese intensificado
con creces el resultado final con sus espirales monocromáticas. O bien esa
performance en el “from the basement”, donde nuevamente agregaron más canciones
y tomaron de otro ángulo las incluidas acá , amplificándolas y tornándolas más
accesibles, por no decir que les vertieron cierto sentido que se echaba de
menos. Por esto último es que me atrevo a decir que el LP8 es un trabajo
desmembrado, tiene buenas canciones pero distribuidas en varios recipientes
diferentes. Por ende si uno se inclina solamente por oír la placa es que se
deja ver un poco gris y cojo el trabajo completo.
Ahora seria antojadizo el
catalogar este trabajo de malo, ya que sigue habiendo magia en las canciones,
solo que se encuentra distribuida aleatoriamente en algunas y hay otras que no
alcanzan a despegar del todo pero sigue habiendo una maquina funcional aca. La
bella melancolía de “Codex” difícilmente la podamos encontrar en otra parte, o
ese gancho finísimo de “Lotus Flower” son condimentos que no se pueden negar,
la cosa es que hay algo que le hace sombra y esas son las luces neonicas del
“In rainbows” un trabajo que con una paleta sónica muy rica, resulto un puntazo
alto ,volviéndose inevitable la comparación siendo el antecesor directo de
este. Porque si a algo se parece KOL es al Amnesiac, es una vuelta a esa
dimensión de sonidos, aunque con mucho menos dinámica, no obstante lo reitero
aún hay buenísimas canciones en este lugar, solo que de entrada no ayuda mucho
al abordamiento de la placa teniendo a “Bloom” y “Morning Mr.Magpie” dos piezas
caóticas, en las que cada sección pareciese ir en contra de la otra o por
caminos separados que nunca buscan su unión. Dando solo el favor para quienes
dicen que Radiohead crea canciones deshumanizadas, pesadas y luctuosas. Estas
dos no sirven para contrarrestar tamaño prejuicio.
“Lttle by Little” retorna en
cohesión e imágenes mas claras, el hilo es mas seguible y la ejecución
impecable, aunque la presencia de ganchos (“por leves que fuesen”) sigue
brillando por su ausencia, al menos estamos ante un track con mas forma y mucho
fondo del cual asirse dentro del vendaval electrónico de KOL, una faceta que se
retoma de lleno con “Feral” un corte instrumental en base a las siempre
sugerentes palpitaciones electrónicas de Yorke que como un marcapasos
afortunado, nos guía suavemente hacia la segunda mitad del álbum.
Una vez cruzado el meridiano del
disco el sabor de boca recibe notables mejoras, con el falsetto imborrable de
“Lotus Flower” mas su percusión urgente que engancha de entrada, secundada por
esa melancolía absoluta de “Codex” un autentico temazo en base a piano y
sentimiento. La letra una vez mas nos habla de agua (tal como en weird
fishes-arppegi), ese elemento que ocupa mucho Thom en sus liricas y que
inevitablemente tiendo a relacionar con reencarnación, sobre todo si entremedio
mete el símbolo de las libélulas que está muy emparentado con este último
precepto.
“Give up the ghost” aludiendo de
lleno a su título es realmente una bonita canción, donde la guitarra acústica
reformula un poco el paradigma de KOL, llegando en un sutil auxilio de la voz
fantasmal de Yorke que parece perdernos en esos bosques entramados del King of
Limbs, casi para dormirse. Al final “Separator” es la encargada de despedirnos.
Un tema que suena mas compacto, con detalles incrustados en cada sección, tal
vez por eso mismo es que en un inicio se pensó que el disco estaba incompleto y
que vendría una segunda parte para completarlo, porque este tema no da una
sensación de final, menos una de sus líneas que recita (if you think this is
over. Are you wrong), de todas maneras el tema cumple y es una buena manera de
despertar del a ratos lánguido, a ratos inspiradísimo y a ratos bellísimo e
indiferente octavo sueño de Radiohead con esos “Despiertame, despiértame” del
final de la cancion y de la placa.
Uno siempre que se enfrenta a un
nuevo trabajo de los ingleses inevitablemente conjura cierta condescendencia,
que esta bien ganada, y no es que uno espere constantemente un segundo
Ok.Computer o un The bends, eso es un cuento viejo y una excusa demasiado
trillada por quienes justifican este tipo de entregas, pero es que no se puede
amparar un resultado débil en los mantos de la experimentación. Si Radiohead
falló en esta ocasión el tiempo lo dirá, la cosa es que no queda un buen sabor
de boca aun, pero insisto si hay varias canciones para estirar mas el
repertorio radioheadiano, Codex,Lotus Flower, Feral, Supercollider, pueden
entrar de lleno como excelentes piezas para esta nueva década y como una
garantía de lo que Yorke, los hermanos Greenwood,O’Brien y Selway puedan
ofrecernos.
Francisco Silva