5 años tuvieron
que pasar para poder escuchar material nuevo de los Strokes. Pero parafraseando
a Nick Valensi, hiciesen lo que hiciesen, el material nuevo difícilmente podría
tapar este lustro de vacio discográfico .Y en eso es muy acertado, Angles queda
al debe ,con un sonido difuso y a ratos inconexo, obviando claro a “Undercover
of Darkness” que era un apronte mentiroso de lo que contenía el resto del LP.
La cuarta placa divaga en una onceava dimensión, un puzzle con piezas calzadas
a la fuerza. Si se pudiese simplificar aun mas recurriría a la palabra
inconsistencia; y en ella cabria en términos reales el desempeño del
disco. El sonido se opaca así mismo y en contadas veces apunta hacia algún
lado, la mayoría solo se dedica a dar vueltas en círculos atochados y poco
inspirados, o peor aun, canciones sin nada de ángulo.
Como
precedentes de esta placa tenemos una serie de proyectos solistas por parte de
los miembros del grupo, asi como un proceso de grabación caracterizado por una
falta de cohesión notable. Sino, es cosa de oir unas cuantas declaraciones del
Lead Guitar, quien se referiría al proceso como uno “con un clima horrible”, en
el cual muchas veces no se grababa en conjunto , habiendo dos, incluso en
ocasiones, hasta un solo integrante grabando en el estudio, y los demás iban
agregando sus partes parcialmente. Una metodología que no hizo sino perjudicar
el foco del álbum. Y la ausencia de ese microclima que se impregna en las
grabaciones, ya plausiblemente brilla por su ausencia.
Por otro lado
el porcentaje de aportaciones compositivas se vio abierto y se incluyo un
volumen mayor de ideas de otros miembros que no fuesen Casablancas (un
desinterés que de alguna manera hace pensar hacia que punto estarán disparando
la mirada Julián, y si será la banda neoyorkina su prioridad hoy por hoy) Conjeturas
aparte, el álbum pudo haber sido..ese gran retorno, pero no lo fue, para
reafirmarlo miremos el contenido.
Dentro de lo
destacable “Undercover of darkness”, es claramente el puntal mas sobresaliente
en esta colección, con guitarras llenas de personalidad y que pareciesen ir en
líneas dispares mientras van jugueteando con la siempre identificable voz de
Julian, armando un conjunto pop perfecto. Y el solo de Valensi, retoma todo ese
ejercicio lúdico que se ve un poco perdido en otros cortes. “Machu Picchu”
carga un bagaje de pop experimental tendiente a coquetear con sintetizadores
con un resultado bastante propositivo, aunque no logra el aura tan opresiva de
“Metabolism” donde las guitarras y sobre todo el bajo, generan una canción
pasiva-agresiva, mientras el carraspeo sónico se deja sentir.
En ese sentido
“You’re so right”, “Games” o “Gratisfaction”, no logran cuajar del todo, se van
por un camino mas difuso y asfixiante, en el que el bajo se posiciona como
elemento principal. Tal vez pecan de incompletas, tal vez suenan a algo
indefinido. “Call me back” resuena en todo momento a un bossa-nova
retorcido y “Two kinds of happiness” con “Taken for a fool”, se van de lleno
como números pop con menos carisma de lo que uno esperaría, haciendo mas patente
la descoordinación del grupo, ya que estas piezas carecen de ese sudor que solo
la cohesión en estudio podía lograr, dejándolo solo..como eso, canciones mas en
vez de LAS CANCIONES de la cuarta entrega.
Es resumen mas
que un obra terminada este álbum se siente como un bosquejo, una pila de
intenciones no cuajadas, y con resultados dispares..pero solo eso , como una
tentativa. Habrá que esperar el próximo disco para saber si el tremendo hiato
del grupo valió la pena, o solo tendremos más “Angles” y no mas “Is this it”.